Las comidas chinas tienen que buscar un equilibrio entre lo frío y lo caliente, los colores y la consistencia de los diversos alimentos. Por ello las técnicas culinarias chinas son numerosas y variadas.
Una
típica comida china deberá componerse, por lo menos, de los siguientes platos:
Tres o cuatro tipos de entremeses fríos, servidos separados, los
cuales deben colocarse en la mesa antes de llegar los comensales.
Cuatro "Entradas" calientes, fritas o salteadas.
Otros cuatro platillos más, integrados por manjares asados o
cocidos al vapor, acompañados por el típico tazón de arroz.
En la tradición culinaria china,
no hay un determinado momento para disfrutar de los postres. Estos pueden
servirse al principio, mitad o final de la comida.
Los caldos y sopas se sirven varias veces durante el transcurso
del disfrute de la mesa, acompañado todo por frutas que pueden ser comidas
entre plato y plato.
Los palillos se emplean para comer alimentos sólidos.