La cordillera de los Pirineos alberga decenas de valles que han vivido casi aislados durante siglos debido a las difíciles comunicaciones. Esta circunstancia provoca que se conserven muchos de sus ritos ancestrales.
Más de 60 pueblos de Aragón, Cataluña, Andorra y el sur de Francia desarrollan ritos entorno al fuego.
Entre los correspondientes al solsticio de verano destacan las "FALLAS DEL PIRINEO" que han sido declaradas por la Unesco "PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD".
Troncos de grandes dimensiones, bolas que se hacen girar, antorchas. Todas ellas espectaculares y de una gran belleza visual.